Quiero una Navidad con furia. Quiero comer, beber y dormir hasta que no pueda más. Enamorarme y desenamorarme las veces que quiera. Mandar un mensaje a mis enemigos, a mi ex o a todos mis contactos. Elegir mis batallas, participar en discusiones, ganar peleas, quemar cartuchos. Tomar todas las malas decisiones posibles. ¡A la mierda, es Navidad! Cuando empiece el nuevo año pondré cordura. Hasta entonces, casi todo vale. Puede que esta sea una tradición poco recomendable, pero también lo es comerse un kilo de turrón.
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