No sé el motivo, pero todavía hay gente que no soporta ver a mujeres adultas con vidas felices fuera de la pareja o de la familia. Mujeres que son constantemente etiquetadas de tristes, desesperadas o amargadas.
Al parecer, como sociedad, nos ha resultado mucho más fácil liberarnos de estereotipos relacionados con el cuerpo o el envejecimiento, que aceptar simplemente que las mujeres con experiencia pueden tomar sus propias decisiones.